Te invito a mi noche, entra en mis laberintos de sombras,
saborea la luz que escondo más allá de mi sexo y mis sentidos.
Mueve tu arsenal cuando salga la luna y llegue al lecho de estrellas
que te ofrezco, el aroma inconfundible de los jazmines.
Te invito a perforar los rincones de mi cuarto lleno de tu figura,
trota sobre sus misterios y no olvides mi misterio, mi locura de oscilar
como los péndulos, mis ansias de convertirme en un caballero
de tu mesa redonda.
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